Los peldaños ya no sujetan sus pies indefinidos.
Y se cae, claro, constantemente.
Y todo sigue siendo igual para todos:
el perro que ladra es guiado por la señora que guía,
el bus que acelera está siendo perdido por el niño que corre,
la maestra que enseña, enseña
y los pingüinos cantores, pingüinean.
Solo Indefinido cambia. Deviene. Como el mundo. Que también deviene.
Pero nadie se da cuenta.
Indefinido quiere volver a la escuela. Pero en la escuela no admiten personas como Indefinido. En la escuela solo admiten personas concretas.
Lo indefinido da miedo. Lo indefinido no gusta. Indefinido está solo.
Indefinido no tiene amigos.
Indefinido nunca va a poder ser presidente.
Indefinido quiere acabar con su indefinida vida. Porque nadie la ve. Porque nadie la siente.
Porque es invisible.
Indefinido es
indefinido.