17 de enero de 2011

When september ends.

 Hoy toca un poco de rencor    mezclado con melancolía. 

Grabadas en el asfalto las huellas de un derrape suicida, los faros de los coches me ciegan mientras pasan, se oyen ladridos de un perro celoso. Dos adolescentes se besan en un portal. Una señora lleva a su nietecita de la mano, vienen de comprar pan y algunas galletas de chocolate.
Un señor de bigote blanco fuma un puro en la barra del bar de otro señor calvo y barrigudo.
La vecina mira su reloj constantemente porque no llega su hija a casa.
Yo espero sentada en la repisa del escaparate de una tienda olvidada, la ciudad es demasiada agresiva, mi corazón, demasiado ingenuo.
Son las ocho, hoy es 29 de septiembre, se ha levantado el aire y cuando me da en la cara, cierro los ojos y recuerdo las tardes de febrero. Llora mi interior y resbalan las lágrimas por mi mejilla …
Pasa un coche amarillo, lo miro.
Vuelvo a cerrar los ojos, los abro, ahora pasa una niña que sonríe.
Me suena el móvil, no eres tú pero no me importa.



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