Aquí afuera hace el suficiente frío como para dejar la mente en blanco y si cierras los ojos y escuchas, puedes sentir como si el mundo hubiera dejado de girar a tu alrededor.
Entonces las nubes fueron oscureciéndose, ya no podía recordar cuanto tiempo llevaba allí, tumbada sobre la hierba.
Había olvidado todo y se puso a contar estrellas.
Parece mentira, pensó.
-Ha ocurrido todo por casualidad.
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