Volcanes?

Eran las ocho y media cuando sonó el timbre y el gato remoloneó en su camita de gatos minutos antes de maullar. Por el mero hecho de hacerse la interesante, ella, caminó despacio hacia la puerta y tras tardar un tiempo considerable, abrió.
Al otro lado del mundo, está a punto de entrar en erupción un joven volcán.
Él, traía flores. Era lo propio. También pensó en bombones, pero la pastelería de la esquina estaba cerrada por vacaciones, a causa de la celebración de la luna de miel de los propietarios.
Un saludo discreto, agradecimientos varios por el detalle de las flores y un poco de vino para comenzar la velada.
El volcán que está al otro lado del mundo ha entrado en erupción.
-Bonita casa, por cierto.
-¡Oh! no digas tonterías, el dueño tiene un gusto pésimo, ¿has visto lo hortera que es el estampado de los sillones?
Él ha visto unos cuantos vinilos en el salón y se dispone a escuchar uno...
A esta hora, el volcán está plenamente controlado.
-Bailemos.
Se acercan, se abrazan y se balancean.
Ningún baile más absurdo que aquel, sin ritmo, sin ganas. Tan sólo absurdo amor, amor casi imposible, de hecho, repelente. Tan perfecto, tan brillante.
Dos estrellas en un piso alquilado.
Dos, que nunca llegarán a amarse.
Dos bellezas inigualables que no dicen nada,
pero, algún día...
explotarán.