Los acordes salían de la guitarra,
y de tu alma brotaron tímidos versos, tímidos versos que te recordaban juventud
y los dijiste
en la escalera
que hace eco
y te oímos.
Cantabas a la Llorona.
Y salía de ti, por debajo de tu bigote blanco que imponía un poco,
y los dijiste,
los versos.
Y estabas apoyado a la puerta del primero
"me quitarán de quererte, pero de olvidarte nunca".
Y la guitarra lo hacía para ti
y si la magia existe
apareció, en tu voz.
Y yo no te había oído nunca cantar, y nadie.
Yo solo te veía leyendo el periódico o tomando fruta antes de comer porque es sano.
De pequeña, me hacías cocinitas, pero,luego, ya no me importaron las cocinitas
y ya no quería hacerte café.
Y un día cantaste a la Llorona y dijiste que ya le habías dado la vida
y otro,
te fuiste.
Y yo no quise ir a verte porque pensé que volverías y no. No volviste nunca.
Y la Llorona sigue esperándote y a veces piensa que estás en el estadio viendo un partido, pero no es cierto, no estás. No estás en ninguna parte.
Y la Llorona me quiere enseñar fotos de ti porque dice que no quiere que te olvidemos.
Y los dijiste...
"No sé que tienen las flores, Llorona, las flores del campo santo, que cuando las mueve el viento llorona, parece que están llorando".
Es tremendo.
ResponderEliminarImpresionante, Roo.
ResponderEliminarNo comments
ResponderEliminarIntenso y desgarrador.
ResponderEliminarSaludos ;-)